domingo, 22 de noviembre de 2009

CARAYBAMBA - APURIMAC

MANUEL SILVA “Pichinkucha”

MANUEL SILVA

“Pichinkucha”


MANUEL, SILVA “Pichinkucha” (Diminutivo aborigen de gorrioncito), nació en Lima y creció en Caraybamba (Apurímac). Cultivando la guitarra desde los 11 años, se ha constituido en uno de los máximos exponentes de la música del Perú. Es en la actualidad un destacado exponente de nuestra cultura musical andina, que convoca, deleita, y estremece de emoción al público más exigente en diversos lugares del mundo, auténtico embajador de nuestra cultura, MANUEL SILVA ha logrado perfeccionar su estilo hasta lograr ser único e inimitable, él expresa como ninguno el sonido melodioso de la vida en el ande a través de su canto y su doliente guitarra.

“Pichinkucha”, es el portador más significativo del canto popular, cuando pulsa su guitarra, ella gime y llora, y cuando MANUEL SILVA canta, emociona y cautiva con la exquisitez de su voz pastosa que penetra a las mismas entrañas del alma.

Por su forma reinterpretar, en él se hilvanan todas las vivencias y tradiciones de los pueblos, el mismo que aprendió a través de los años a amar, a ahondar el amor a lo nuestro y el regocijo para transmitir a los demás su arte y su experiencia como todo artista cabal.

MANUEL SILVA, es un artista cuyo canto no es para divertir sino para comprometer lo más tierno, puro y profundo de nuestro sentimiento en un esfuerzo por reinvidicar la grandeza espiritual de nuestro pueblo y sus virtudes escondidas en sus raíces milenarias.

No en vano, ése monstruo de la pintura llamado OSWALDO GUAYASAMIN, ha dicho de MANUEL SILVA: “Es el mejor cantante popular del Perú y uno de los más grandes de América Latina”, “Yo pinto mis cuadros escuchando sus canciones.

Lo que más impresionó a Guayasamín fue la riqueza de matices del canto de Silva. Con una suavidad inimitable el artista peruano logra dar una profundidad extraña, abismática a su canto. Es como si en sus palabras y su ritmo se expresaran todas las tragedias, pero también todas las esperanzas del Perú.

Canto de amor, canto de entrega, canto que revela las reconditeces más exquisitas del alma. Canto lírico pero que, al expresar las más auténticas emociones del pueblo trasciende la mera subjetividad y se confunde con la historia.


Hay que celebrar, sin reservas, el papel que está jugando MANUEL SILVA como difusor de nuestras expresiones artísticas, porque su arte, profundamente nacional, está contribuyendo a despertar en nuestra juventud el

amor por lo peruano.

AL MAESTRO MANUEL SILVA

Manuel es su nombre

Así como el del
Niño Dios
Un día por al año 84
En un
Lejano pueblo

Serrano un tanto hostil
Inmersa en
Letal soledad
Vino usted en mi
Auxilio

Simplemente
Oí los trinos de su guitarra
La doliente pero cálida voz
Otorgó compañía mi alma
Realidad dura la de nuestros lares
Zorzal usted que con
Alma, corazón y vida
Nunca imaginó
Ofrecer compañía, consuelo

Paz a tantos seres
I a tantos
Corazones atormentados
Han pasado tantos años…
I sigue en mi memoria
Nítidos recuerdos de su
Cantar
Unico trinar
Como el avecita
Huérfana que inspira su
Aciago canto.


Prof. Rudy Esperanza Tito Flores

EL ESPÍRITU DE NUESTRO PAÍS


Los nevados más altos de nuestro país, los ríos cristalinos, las hierbas milagrosas, las piedras incólumes y el canto del viento en la cordillera saben de Manuel Silva “Pichinkucha”. Él, huayno sobre huayno, melodía sobre melodía ha logrado reconstruir la gran pirámide del amor por nuestra identidad, pues su paso por la Tierra que lo vio nacer ha sido fructífera, logrando calar hondo en la humilde personalidad de quienes – por miles de años – decláranse herederos de la cultura inca.

Esta recopilación de temas no es más que nuestro propio espejo, en donde todos podemos encontrar las partituras de nuestros himnos antiguos y nuevos (como dijera el Maestro José María Arguedas). Este compendio, entonces, se traduce en un manual de vida, porque cada canción encierra parte de nuestras vivencias o parte de nuestra sangre y, en la medida que podamos compartir con los demás este invalorable aporte afirmaremos nuestro espíritu colectivo.

Manuel “Pichinkucha”, toda su vida, ha llevado como bandera nuestra música a todos los paisajes del mundo, se ha covertido en el Maestro que enseña con el ejemplo; consagró su existencia a la difusión de aquel legado que solamente está escrito en ls partituras del alma, de ahí que el pueblo, solamente el pueblo, lo reconoce como un heraldo de la guitarra y del canto.

Gracias, querido “Pichinkucha” por habernos dado tanto amor a través de tus canciones.

Luzgardo Medina Egoavil