domingo, 22 de noviembre de 2009

EL ESPÍRITU DE NUESTRO PAÍS


Los nevados más altos de nuestro país, los ríos cristalinos, las hierbas milagrosas, las piedras incólumes y el canto del viento en la cordillera saben de Manuel Silva “Pichinkucha”. Él, huayno sobre huayno, melodía sobre melodía ha logrado reconstruir la gran pirámide del amor por nuestra identidad, pues su paso por la Tierra que lo vio nacer ha sido fructífera, logrando calar hondo en la humilde personalidad de quienes – por miles de años – decláranse herederos de la cultura inca.

Esta recopilación de temas no es más que nuestro propio espejo, en donde todos podemos encontrar las partituras de nuestros himnos antiguos y nuevos (como dijera el Maestro José María Arguedas). Este compendio, entonces, se traduce en un manual de vida, porque cada canción encierra parte de nuestras vivencias o parte de nuestra sangre y, en la medida que podamos compartir con los demás este invalorable aporte afirmaremos nuestro espíritu colectivo.

Manuel “Pichinkucha”, toda su vida, ha llevado como bandera nuestra música a todos los paisajes del mundo, se ha covertido en el Maestro que enseña con el ejemplo; consagró su existencia a la difusión de aquel legado que solamente está escrito en ls partituras del alma, de ahí que el pueblo, solamente el pueblo, lo reconoce como un heraldo de la guitarra y del canto.

Gracias, querido “Pichinkucha” por habernos dado tanto amor a través de tus canciones.

Luzgardo Medina Egoavil

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